Refuerzo positivo
Que difícil es educar.
El año pasado estando en Elciego tuvimos uno de esos sustos
con la enana, es cierto que es Elciego y que no hay peligro, pero con una enana
tan movida hay que tener mil ojos. Estábamos en la plaza y Maia tuvo la
brillante idea de coger la moto y tirarse cuesta abajo, nunca había corrido tan
deprisa y con el corazón en la boca, pensaba que el golpe iba a ser enorme,
menos mal que la frenaron.
La cuestión es que ella no entendía que había hecho algo
mal, no veía peligro y cuando la estábamos regañando solo se reía. Es cierto
que en ese momento de estrés y nervios solo nos salían cosas negativas, es muy
difícil mantener la calma en un momento así, pero lo hice lo mejor que pude.
Al terminar mis amigas estaban allí y una amiga me dijo que
tenía que intentar hacer refuerzo positivo, que si le decía tantas veces la
palabra “no” Maia solo iba a ver un lenguaje negativo. Está muy bien ese
consejo ¿pero como haces para no decir no en un momento de pánico?
Por ejemplo, en el momento que ves que va a meter algo en enchufe, si ves volando su mano hacia la cara de otro peque, no se…para mi es complicado de realizar.
Trato de hacerlo todo lo posible. El otro día Maia estaba jugando con su pizarra de rotuladores, se puso a pintar el suelo y el rascador de los gatos. Traté de explicarle que tenía que pintar en el papel o en la pizarra, que si pintaba el rascador y el suelo los iba a ensuciar y que se podía acabar el juego y que donde se tiene que pintar es en la pizarra que es más divertido. Todo esto poniéndome a su altura y hablando tranquila, y su respuesta ha sido volver a pintar el rascador. Consecuencia, le he quitado los rotuladores. ¿He hecho bien? ¿He hecho mal? Pues no lo sé, pero lo hago lo mejor que puedo.
Por ejemplo, en el momento que ves que va a meter algo en enchufe, si ves volando su mano hacia la cara de otro peque, no se…para mi es complicado de realizar.
Trato de hacerlo todo lo posible. El otro día Maia estaba jugando con su pizarra de rotuladores, se puso a pintar el suelo y el rascador de los gatos. Traté de explicarle que tenía que pintar en el papel o en la pizarra, que si pintaba el rascador y el suelo los iba a ensuciar y que se podía acabar el juego y que donde se tiene que pintar es en la pizarra que es más divertido. Todo esto poniéndome a su altura y hablando tranquila, y su respuesta ha sido volver a pintar el rascador. Consecuencia, le he quitado los rotuladores. ¿He hecho bien? ¿He hecho mal? Pues no lo sé, pero lo hago lo mejor que puedo.
Un día Maia nos estaba tomando el pelo con la comida, come
muy bien, pero hay días en los que le da por tomarnos el pelo. Tenía para comer
carne guisada, ya la había comido más veces y le gustaba, pero ese día no
quería.
Tengo una cosa clara, no voy a forzar a mi hija a comer, si quiere comer estupendo sino quiere, se va a la cama sin comer o cenar, de hambre no se va a morir (aunque ya he tenido varios comentarios sobre esto y paso de lo que me digan). Además, siempre que hace este tipo de tomaduras de pelo solo quiere el postre, si quieres el postre también quieres la comida, es mi pensamiento. Si no quieres comer no quieres comer nada, pero en este caso Maia había pedido comer porque tenía hambre.
Total, que Maia estaba llorando y gritando “yogur” y yo me transformé en alguien tranquilo, clamado, muy zen todo ¡jaja!
Le decía: Maia, ¿quieres yogur?
Maia: Siuuuu
Yo: Para comer yogur hay que comer la comida, ¿Quieres la comida?
Maia: Nouuu
Tengo una cosa clara, no voy a forzar a mi hija a comer, si quiere comer estupendo sino quiere, se va a la cama sin comer o cenar, de hambre no se va a morir (aunque ya he tenido varios comentarios sobre esto y paso de lo que me digan). Además, siempre que hace este tipo de tomaduras de pelo solo quiere el postre, si quieres el postre también quieres la comida, es mi pensamiento. Si no quieres comer no quieres comer nada, pero en este caso Maia había pedido comer porque tenía hambre.
Total, que Maia estaba llorando y gritando “yogur” y yo me transformé en alguien tranquilo, clamado, muy zen todo ¡jaja!
Le decía: Maia, ¿quieres yogur?
Maia: Siuuuu
Yo: Para comer yogur hay que comer la comida, ¿Quieres la comida?
Maia: Nouuu
Así estuve unos 20 minutos repitiendo esa frase y recibiendo
las mismas respuestas hasta que Maia cogió el tenedor y la comida y se puso a
comer ella sola y se lo comió todo diciendo que rico. Tenía a mi suegra allí y
me dijo: pensaba que no lo ibas a conseguir.
Pues lo conseguí y no ha sido la primera vez y sin usar un “No”, pero porque no
había estrés ni nervios.
Esta es una tabla que he encontrado de como decir no a un niño de manera positiva.
La tabla está muy bien, pero yo necesito ejemplos para casos
de estrés, casos en los que Maia esté haciendo una locura como tirarse por una
cuesta con una moto.
¿Alguna idea?
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