Epidural ¿sí o no?

Hoy vengo a contar mi opinión sobre la epidural. Antes de quedarme embarazada uno de los mayores miedos que tenía era dolor del parto, me daba pánico pensar en el dolor que podía pasar en el parto.

Cuando mi hermana dio a luz a Itxaso vi lo mal que lo pasó y lo pasé fatal solo con verla, es más, hasta que no pasaron unos meses no me enteré de lo grave que fue su parto. Así que, cuando me quedé embarazada sabía que iba a pedir la epidural, no quería sufrir.
Teniendo métodos para poder aliviar el dolor ¿por qué elegir la opción del sufrimiento?
En mi caso ya lo sabéis, pero en el caso de las que no quieren epidural muchas responden sobre los efectos secundarios y oye, cada opción es respetable.

Cuando estaba de 5 meses, estaba en Madrid haciendo papeleos con mi madre, y una tarde decidí quedar con unas amigas en el barrio y una me dijo: “no pidas epidural, es malísimo para el bebé”. La otra amiga me miró y me dijo en voz baja: “no seas tonta y pídela”. Me dio la risa, pero le pregunté a la primera por qué no pidió epidural y me dijo que quería ver hasta dónde era capaz de aguantar el dolor ya que quería un parto natural.
Qué queréis que os diga, bien por ella, pero ese masoquismo no va conmigo.

Conocidas que llegaron al parto y que no les pudieron poner la epidural a tiempo me han descrito el dolor como si las estuvieran partiendo por dentro con un hacha. Y sinceramente, no quiero experimentar eso.

Mi parto fue programado, salía de cuentas el 30 de Agosto, pero Maia decidió quedarse dos eternas semanas más dentro, así que un viernes a las 8 de la mañana estábamos en el hospital para empezar el proceso.
Mi parto programado fue desagradable, lo que me pusieron no hacía efecto y me metió mano todo el hospital y todos los turnos y cambios que pudo haber en ese fin de semana y he de decir que en mi caso las que menos tacto tuvieron a la hora de meterme mano fueron las mujeres, un poco más de empatía señoras, que no estamos buscando un pendiente en una caja, un poco más de suavidad se agradece.

Pasé todo el viernes y parte del sábado sin tener avances, estaba fatal, solo me hacían daño y no eran capaces (ninguna de las 30 personas que me metieron mano) de romper la bolsa, pero de repente vino un Matrono y me dijo: “si te duele pide la epidural”
Le dieron como un toque de atención pero él me dijo que la pidiera otra vez, y así lo hice y fue lo mejor que pude hacer. Me relajé, me dejó de doler todo lo que me hacían y empecé de parto, 4 empujones, Maia nació y ni me enteré de los 2 puntos que me dieron.

Así que por mi parte lo tengo claro, bendita epidural, si no me la llegan a poner, más de una hubiese probado su propia medicina en forma de tactos dolorosos.