El año que viene hay que controlar los regalos.
Ahora que volvemos a la rutina puedo hacer un balance de los
regalos que ha tenido Maia y poder ver si nos hemos equivocado en algo y tratar
de no cometer los mismos errores el año que viene.
Maia no solía tener muchos juguetes en casa, la verdad es que tenía 3: el carrito con el oso, una pelota para saltar y las tizas para pintar en al vinilo de la pared. Lo que si tiene son muchos libros porque le encantan, pero es verdad que al final se aburría de todo.
Cuando era más peque tenía bastantes juguetes heredados, pero como no les hacía ni caso los regalé. Hice la prueba de guardarlos unos meses y volverlos a sacar y sí, jugó con ellos 3 días y los volvió a dejar tirados, así que decidí quitarlo.
Pero en noviembre decidí gastar un cupón de regalo de Imaginarium, le compré un puzle para pescar las fichas con un imán y un Fontcolor Kinonico, este es el nombre que viene en la caja, pero yo lo describiría como un plástico con agujeros donde puedes poner fichas. La verdad que le gustan bastante, aunque me temo que ahora los va a tener bastante olvidados.
Cuando era más peque tenía bastantes juguetes heredados, pero como no les hacía ni caso los regalé. Hice la prueba de guardarlos unos meses y volverlos a sacar y sí, jugó con ellos 3 días y los volvió a dejar tirados, así que decidí quitarlo.
Pero en noviembre decidí gastar un cupón de regalo de Imaginarium, le compré un puzle para pescar las fichas con un imán y un Fontcolor Kinonico, este es el nombre que viene en la caja, pero yo lo describiría como un plástico con agujeros donde puedes poner fichas. La verdad que le gustan bastante, aunque me temo que ahora los va a tener bastante olvidados.
Estas navidades se lo ha pasado pipa abriendo los regalos
junto a sus primos, la pobre no sabía ni que viento le daba, tenía tantos que
no sabía cual abrir.
Ha tenido 5 regalos de Olentzero en Madrid: un puzle con los que puede hacer castillos, una pizarra para pintar con rotuladores y tizas y poner imanes, un ordenador que canta y dice los números y los colores, un cuento y una bolsa de 100 bloques.
Ha tenido 5 regalos de Olentzero en Madrid: un puzle con los que puede hacer castillos, una pizarra para pintar con rotuladores y tizas y poner imanes, un ordenador que canta y dice los números y los colores, un cuento y una bolsa de 100 bloques.
No sabría cual está en el top, pero el ordenador se lo lleva a todas partes, con los bloques lo flipa haciendo castillos y con la pizarra ha aprendido a dibujar su mano y aunque ha pintado toda la casa, los nuevos juguetes y a ella misma, le encanta.
Luego ha tenido dos puzles de su tía Bir y con el más grande
tiene algo especial, lo hace antes de irse a dormir y les dice a los animales
que duerman. Y yo encantada de este ritual, mucho más fácil que vaya a la cama,
aunque nunca ha sido un problema.
Pero la cosa no ha terminado ahí, quedaban los regalos de
Olentzero y Reyes aquí, en casa de los aitites. Maia no tenía ni idea de lo que
le iban a regalar, pero últimamente viendo Pocoyó estaba venga a decir que
quería un patinete cada vez que veía a Eli.
Pues regalo cumplido y no puede estar más feliz, eso sí, el
casco no le mola nada ¡jaja!
En mi opinión, Maia ha tenido demasiados regalos y es que se
va a cansar de ellos en nada. Ya se, ya estará la típica/o diciendo “pues como
todos los niños” (odio esa frase de listillo/a lapidando), pero yo hablo de
Maia, el resto de niños y sus padres que hagan lo que quieran.
El año que viene ya veremos que pasa, pero espero que sean
menos, creo que con 2 o 3 es más que suficiente.
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