Agur Aingeru

El martes nos enteramos de una desgracia, Aingeru se había ido.

Foto sacada del Facebook de Yellow Big Machine

Le conocí gracias a Jon, eran amigos de toda la vida como quien dice (1999), el de “4K” (por Cuatro Caminos, Madrid) y él habían sido inseparables durante muchos años.
Había oído hablar de él muchas veces y el día que le conocí supero todo lo que me habían contado. Era gracioso, irónico y adoraba a Jon, habían vivido mucho juntos y se notaba la química, aunque pasaran años sin verse.

De jovenzuelos tuvieron un programa de radio en Koska Irratia en Algorta que se llamaba 4º Oskuro y gracias a que se juntaban en ese programa, Jon descubrió muchas de sus influencias musicales. Aingeru le introdujo en el mundo del post-punk.

Nos dejó el martes con 41 años y no puedo describir la rabia y la impotencia que me da ver que se marcha gente tan joven.

Ya lo dije ayer y aunque se que se suele decir, estamos ahí para lo que sea y no dudaremos en ayudar en todo lo posible para hacerle un merecido homenaje de despedida a Aingeru. Como decían sus amigos ayer, el lo hubiese querido así, una despedida rodeado de sus amigos y con buena música.

Cuando pasan estas cosas no puedo evitar acordarme de Iñaki, era más que mi amigo, era mi familia.

Por más que lo pienso no puedo encontrar una explicación a que la vida se lleve a una persona de 21 años. No lo entiendo y jamás lo entenderé.

Las desgracias le deberían pasar a la gente mala ¿no? Pero no es así.

Iñaki era alegría, felicidad y vida. Siempre sacaba una sonrisa a todos, era un liante nato pero con mucha gracia. Viví muchas cosas con él que jamás voy a olvidar, es parte de mi y como he dicho era mi familia.

Cuando falleció Iñaki leí “El Arbol de los amigos” (cortado) el día de funeral.

“Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar y hay otras que apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
…el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma y del corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuándo no estamos bien, saben lo que nos hace feliz y lo que necesitamos sin que se lo pidamos.
…Cada persona que pasa en nuestra vida es única y siempre, siempre, deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
…Sin embargo, habrá también los que se llevarán mucho y, habrá de los que no nos dejaran casi nada. Esta es la situación en la que se comprueba que dos almas no se encuentran por casualidad.”

Ánimo a Jon y a todos los que conocíais a Aingeru, es cierto que el tiempo hace que duela menos, lo mejor es quedarse con los buenos recuerdos.