Fin de semana en Casa Txandia, Ollogoyen con Fermintxo y Copito.
Por segundo año nos hemos vuelvo a juntar la tropa para
disfrutar de un buen fin de semana de charlas, risas, amigos, juegos y como no,
comer.
Hace un tiempo propusimos buscar otra fecha para juntarnos y
como todo el mundo estaba bastante agobiado con el trabajo decidí encargarme de
buscar la casa. Al principio tiré por algo más cercano, pero Alaitz dijo: “a mi
me tira Navarra”, con lo que busqué casa en Navarra y di con Casa Txandia.
Alquilamos la casa entera por 310€ para 6 adultos y 2
peques.
Tiene 3 habitaciones dobles y una individual.
Tiene 3 habitaciones dobles y una individual.
2 baños completos y 1 aseo.
Al lado de la entrada había una cocina antigua y al fondo
una especie de salita con un montón de juegos y juguetes para los peques.
Ster, Roke, Jon, Maia y yo llegamos el viernes a las 8 de la
tarde y Alber y Alaitz a las 10, es lo que tiene currar hasta tarde.
Es cierto que el sitio es muy chulo, pero la siguiente vamos a coger una más cercana, al final 2 horas en coche hace que no aproveches tanto el fin de semana.
Es cierto que el sitio es muy chulo, pero la siguiente vamos a coger una más cercana, al final 2 horas en coche hace que no aproveches tanto el fin de semana.
La noche del viernes fue de cena tardía y risas, los peques
trasnocharon un poco, sobre todo para lo que es Maia que a las 8 está durmiendo
todos los días. Estábamos esperando a Alber y Alaitz para empezar a cenar y
cuando llegaron me di cuenta de que las compras se nos habían ido de las manos,
como siempre.
Hice una lista con lo que tenía que comprar cada uno, pero
la gente fue por libre (y lo sabéis). Alberto compró media sección de embutidos
y Ster compró medio mercado de la Rivera, podríamos habernos quedado 1 mes.
Lo sé, no es la mejor foto, pero es la única de la cena del viernes.
El
sábado no es que decidiéramos madrugar, pero cuando hay enanos la diana es a
las 8 de la mañana y a veces antes. Nos juntamos todos a desayunar y de
parloteo. Teníamos pensado dar un paseo por Ollogoyen y subir a dar de comer al
burro Fermintxo y la cabra Copito.
La chica de la casa nos había dejado pan duro el día anterior para darles de
comer.
Fue una pena porque se puso a llover y estuvimos poco rato,
tuvimos que volver a casa y al final el plan de dar una vuelta fue algo triste.
Nos fuimos a casa y como teníamos comida y a Jon dándole a la guitarra ya
teníamos un buen plan.
El burro y la cabra estaban arriba de un repechito, era una
cuesta insignificante, pero cuando vas con una enana en brazos cansa muchos
más. Para ir a ver a los animales salimos por el jardín de la casa, que por
cierto no pudimos disfrutar mucho por la lluvia, pero que con buen tiempo se
tiene que estar de lujo. Hay un porche para comer y poder hacer barbacoa,
columpios para los peques y un césped para poder tirarte y descansar.
Tocaba empezar a preparar la barbacoa. Empezamos a preparar
la enorme cantidad de comida que había traído Ster, menuda tripada y que ¡rico
todo!
La tarde-noche fue amenizada por más guitarra, canciones y
juegos de mesa. Tenían el Tabú en la casa y nos pegamos buenas risas, como no,
el equipo Roke-Cifu-Alaitz ganó por goleada al equipo Alber-Jon. ¡Arrasamos!
Jazz entre amigos en el Tabú!
He de decir que también tuvimos una gran charla entre Ster y
Jon sobre el futuro, trabajo, emprendedores, feminismo y la vida entre cerveza
y cerveza.
El domingo tocaba retirada, repartir toda la comida sobrante y foto de despedía.
El domingo tocaba retirada, repartir toda la comida sobrante y foto de despedía.
Es normal que ya no nos veamos tanto (antes vivía con Ster y
Alaitz estaba con nosotras día sí y día también), pero estas escapadas son
necesarias, son aire fresco para el día a día y las risas y los buenos momentos
que pasamos son los mejores recuerdos que uno puede tener.
¡A organizar la siguiente!
Está genial la casa, ¡muy buena escapada!
ResponderEliminarBesos.